
Blink-182 en Barcelona: la mejor forma de revivir tus años de juventud
Blink-182 está siendo testigo de un fenómeno en el mundo del pop punk de principios de los años 2000. Es posible que sea la nostalgia la responsable de llenar por completo el Palau Sant Jordi. O tal vez debido a que la mayoría de los fans del género ya han cruzado la línea de los treinta años y cantar "What's my age again?" adquiere un significado diferente. El hecho de que hayan pasado diez años desde su última actuación en el Sant Jordi Club y ahora estén abarrotando el Palau no tiene una sola explicación. Si analizamos detenidamente, podríamos concluir que las circunstancias especiales de esta gira, con la vuelta de la formación original y la superación de la enfermedad de Mark Hoppus, han avivado una vez más la llama del pop punk.
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Como un dúo de cómicos, Hopper y DeLonge se intercambiaban chistes y bromas con la misma sincronización con la que cantaban sus canciones a dúo, como los aclamados Disentery Garry o Dumpweed mientras lanzaban dardos sin piedad, comparando al público de Barcelona con el de Madrid (que obviamente no entiende de música) o jactándose de ser mejores que los Beatles después de entonar a todo pulmón Happy holidays, you bastards. En medio de todo esto, tocaron dos canciones de su nuevo álbum, Edging y More than you know, con un sonido fácilmente reconocible para sus fans, quienes las hicieron propias al instante y las añadieron a la lista de éxitos que ya habían sonado...
Barker también tuvo su momento de protagonismo cuando se elevó varios metros sobre el escenario, colgando de un sistema de poleas mientras tocaba la batería. Finalmente, volvió a tierra firme cuando Ghost on the Dance Floor empezó a sonar, acompañando el inicio de la canción con un espectacular solo de batería antes de dar paso a What's my Age Again?, otro de los grandes éxitos de la banda, y la pregunta que seguramente varios asistentes se estaban haciendo mientras se comportaban como si fueran unos veinte años más jóvenes.
Antes de eso, habían sonado temas como Stay Together for the Kids, compuesto por DeLonge después de la separación de sus padres, lo que fue uno de los pocos momentos en los que el ritmo del concierto bajó (aunque no los decibelios), mientras que miles de luces de celulares iluminaban el Palau. Otro de estos momentos emotivos fue Adams Song, en el cual un Hoppus de 51 años recordó su batalla contra el cáncer. "Nunca pensé que moriría solo", reza la letra escrita por el trío entre giras y noches de éxito con veintitantos años a sus espaldas.
Pop punk californiano
Anoche, en el Palau Sant Jordi, muchos de los presentes aún no habían terminado sus estudios universitarios cuando los Blink-182 alcanzaron la fama en 1999. Algunos todavía estaban en el colegio, escuchando los agresivos riffs de la banda californiana que, al igual que Green Day y NoFX, revitalizaron el punk en la costa oeste de EE.UU., un género que ha sido protagonista en el verano musical de Barcelona con las visitas de Bad Religion, The Offspring y la ya mencionada banda de Fat Mike y compañía.
Casi 25 años después, los Blink-182 se reunieron para hacer un viaje al pasado y revivir esa juventud que aún los acompaña, brindando una vez más con sus ritmos acelerados, bromas sexuales y otras ocurrencias que siempre han sido bien recibidas por el público y por el filtro de la Mtv que los llevó al éxito. Puro pop punk, demasiado suave para los más puristas, pero lo suficientemente estridente para atraer tanto al gran público como a los fieles seguidores del género, así como a las pocas crestas que pasearon por la pista anoche.
Más de una década ha pasado desde la última vez que los Blink visitaron Barcelona. En ese tiempo, se separaron, reemplazaron a Tom DeLonge por Matt Stkiba, grabaron dos álbumes y, recientemente, volvieron a contar con su líder original. Juntos, volvieron al estudio y lanzaron "One More Time", que saldrá a la venta en un par de semanas, aunque anoche pudimos disfrutar de un pequeño adelanto.