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Disfruta del increíble concierto de The Black Crowes en Barcelona: ¡La gira que arrasa!

THE BLACK CROWES fue una de las últimas bandas en adoptar los valores centrales del rock de las décadas de 1960 y 1970, tanto en términos musicales como estéticos. Aparecieron a finales de los años 80, en una época en la que la escena musical estadounidense estaba dominada por el glam metal, y alcanzaron una enorme popularidad en la década de 1990, cuando el grunge era el género dominante y solo algunas bandas, como Guns N Roses y Metallica, podían competir con ellos. Sin embargo, la mala gestión del éxito, los egos inflados y la rivalidad entre los hermanos Robinson, Chris y Rich, según admite Steve Gorman, antiguo batería de la banda, en su libro "Hard To Handle: The Life And Death Of The Black Crowes", eventualmente llevaron a la fractura de una banda que tenía un gran potencial. Afortunadamente, después de un tiempo de resentimiento, los hermanos han logrado superar sus diferencias, quizás incentivados por una tentadora oferta para volver a salir de gira. Por lo tanto, en 2019 se anunció su regreso a los escenarios para celebrar el 30 aniversario de su exitoso primer álbum, "Shake Your Money Maker".

El Sant Jordi Club desborda con una multitud de asistentes

El concierto comenzó a las 21:00h en medio de un ambiente eléctrico, con una asistencia de más de 4.000 personas en el recinto. Allí se encontraba una multitud de personas que se autodenominaban rockeros en la Barcelona post-moderna de 2022. Era una mezcla de la generación Revolver, aquellos que solían comprar discos en la famosa tienda de la calle Tallers, y los fieles seguidores del festival de Vitoria, conocidos como el público Azkenero.

Con un jukebox en un lateral del escenario y un roadie metiendo una moneda para que sonara "Shake Your Money Maker" de Elmore James, las luces se apagaron. Mientras tanto, la banda compartía unos chupitos en una barra de bar en la parte trasera del escenario. Luego, los músicos se colocaron en sus posiciones y Rich Robinson se posicionó en el lado izquierdo, con su típica expresión impasible que parecía estar presente tanto en un incendio como en la lotería.

Con "Jealous Again" y una emotiva "Sister Luck", la banda conquistó fácilmente al público, interpretando canción tras canción de su disco de 1990, el que los llevó a la fama y los convirtió en leyendas del rock sureño en una época en la que este género era considerado una rareza en la industria musical.

Un repertorio incompleto por razones válidas

El concierto de The Black Crowes demostró ser una noche memorable para los amantes del rock. Aunque la idea de tocar el disco completo fue acertada, muchos se quedaron con ganas de escuchar canciones que no formaron parte de esa selección. Por ejemplo, temas como "Kickin' My Heart Around" y "Soul Singing" del álbum "Lions" del 2001. Sin embargo, a pesar de las ausencias de algunos de sus éxitos comerciales de los años 90, la oportunidad de disfrutar de canciones como "Struttin' Blues" y "Seeing Things" hizo que el público olvidara rápidamente esas ausencias.

Después del set principal, la banda nos sorprendió con una selección de canciones que abarcaba toda su trayectoria. Recuperaron "Goodbye Daughters of the Revolution" de su más reciente álbum "Warpaint", "By Your Side" del disco del mismo título, un guiño a "Amorica" con "Wiser Time" y un cierre espectacular con la larga y emocionante "Thorn in My Pride". Incluso "Remedy" hizo que todo el público se levantara y saltara en el recinto.

No podía faltar el bis, tradición para la banda que suele dejarnos sin aliento con la elección de sus canciones. Esta vez, desempolvaron el clásico "Moonage Daydream" de Bowie, que a menudo alternan con "Rock &amp Roll" de la Velvet Underground. El público salió satisfecho del concierto, con el sentimiento de haber presenciado a una de las últimas grandes bandas de rock auténtico y sincero. The Black Crowes son dignos herederos de una época en la que los músicos tocaban instrumentos, componían de manera orgánica y los algoritmos no determinaban el destino de una nota. ¡Una verdadera muestra de talento y pasión por la música en vivo!

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